lunes, 14 de marzo de 2016

Respecto a la preferencia sexual versus respeto a la identidad de un pueblo


Respecto a la preferencia sexual versus respeto a la identidad de un pueblo.

Dr. Luis Camilo Matos de León.

Al parecer la modernidad y el progreso nos trajeron como secuela la permisividad e inversión de valores en las sociedades del nuevo mundo. El respeto por la preferencia sexual no implica el irrespeto a la identidad de un pueblo.

En estos momentos, donde el mercado es el centro de la economía, y viene matizado por una competencia inhumana, es necesario realizar una transformación en donde a nombre del desarrollo no se lesionen  los valores morales que nos representan como dominicanos/as.

Les recordamos que nuestra Dominicanía no es algo alcanzable por la especulación; sino a través, de  lo que los/as dominicanos/as han ido construyendo en el vivir cotidiano de los tiempos.

Es decir, la conciencia nacional dominicana, es el conjunto de representaciones y referencias a partir de las cuales la sociedad alcanza a percibirse, a pensarse, y sentirse.  Es la expresión subjetiva de la objetivización simbólica del espíritu de una nación. De este modo, el pueblo es capaz de constituir una imagen de sí mismo, sea esta favorable o no a través del conocimiento del patrimonio, de los bienes y valores tangibles o intangibles. De forma tal, que se va construyendo un idioma, un espíritu común, una forma de ser y actuar, que como rasgos perfila la identidad dominicana.

Es cierto que vivimos en un mundo, donde las diferencias culturales son la esencia de la riqueza de éste. El mundo homogéneo no existe más que en la igualdad de derechos y deberes entre los seres humanos. Ahora bien, la humanidad está en peligro, porque una parte pequeña de ella se está tragando a la parte más grande. En este sentido, José Martí plantea que hay que estar abierto a la sociedad global; pero “el tronco ha de  ser  el  de nuestras repúblicas”.  Insisto retomando la frase del apóstol, nuestra República Dominicana.

En estas sociedades permisivas, donde los principios y los valores son relativos y negociables hay que hacer un alto en el camino, porque de no hacerlo, lo poco de humano que nos queda va a perecer.

Existen intenciones de darnos a entender que el concepto de naturaleza humana: hombre y mujer está desvirtuado, desfasado y equivocado. La educación alienante, también, nos quiere enseñar que existe un tercer género como natura humana. Respetamos a los partidarios de esta concepción; pero, al mismo tiempo se  debe respetar el derecho a disentir de ella.

Creo que es provocador el exhibicionismo de parejas homosexuales en los centros escolares de nuestro país. La sabiduría debe llevarnos a la prudencia y al respeto de la identidad de un pueblo hermano que acoge con hospitalidad, tolerancia y respeto a los demás.

El hecho de que algunas naciones o pueblos hayan asumido como estilo de vida la homosexualidad,  no le da derecho de imponer y exponer en nuestro país esa forma de vida. Recordemos lo que Benito Juárez decía: “El  respeto al derecho ajeno es la paz”. En definitiva, la construcción y el fortalecimiento de una cultura de convivencia humana, ha de tener como eje central el respeto a las demás culturas.

¿QUE SE ENTIENDE POR SER HUMANO Y CUAL ES EL PAPEL DE LA EDUCACIÒN?


¿QUE SE ENTIENDE POR SER HUMANO Y CUAL ES EL PAPEL DE LA EDUCACIÒN?

Es cierto que en la vida hay más preguntas por responder que respuestas dadas. Pero, intentar dar respuesta a esta pregunta me resultó muy difícil,  tanto, en  el aspecto epistemológico como el axiológico.

¿Que entendemos por Ser Humano, hoy? Como resultado de la crisis del pensamiento como plantea Morin, creo que también, está en crisis definir la esencia del Ser Humano. El concepto de Homos Sapiens ha quedado relegado a la filosofía clásica de Aristóteles. Es decir, no solo la razón define la naturaleza humana. Hoy se habla de espiritualidad natural, como parte del componente humano, independientemente de la confesión religiosa que se pueda procesar. Esto por mencionar una dimensión.

Sin embargo, me preocupa la dimensión axiológica que aprecia la humanidad de lo humano. En este sentido, Savater dice: “Se nace humano pero hay que aprender hacer humano”. Ósea, que la humanidad que todavía conservamos es aprendida, la misma, le viene por su aprendizaje, no es innata. Es decir, la moral, como elemento humanizante, se asume por hábitos o prácticas sociales. De aquí, la importancia de la educación en la formación de la personalidad. Pero, ¿cuál es el perfil humano que aspiramos formar en esta sociedad tan turbulenta a nivel moral?

Es preocupante cuando escuchamos frases como estas: ‘Uno vale en cuanto tiene’, ‘Todos tenemos un precio’, ‘Ya no se puede confiar en nadie’, ‘Ser serio no sirve de nada’, ‘Cuando yo robe lo haré para quedar rico’, ‘Quiero ser rico pero sin dar un golpe’.

De igual manera, Rojas refiriéndose a esta sociedad desmoralizada, expresa: “Es una sociedad, en cierta medida, que está enferma, de la cual emerge el hombre light, un sujeto que lleva por bandera una tetralogía nihilista: hedonismo-consumismo-permisividad-relatividad”. Todos ellos envueltos por el materialismo, la superficialidad, la vanidad, la búsqueda desenfrenada del poder, el gozo y el triunfo sin límites, sin criterios y sin principios. En resumen, se habla de crisis de valores, de antivalores, desmoralización, de inversión de valores, entre otras. Pero, en realidad es una crisis de la concepción del Ser Humano.

Al parecer, no estamos claro que se entiende por humanidad, por ser humano y sobre todo el sentido de la educación. Una sociedad desorientada, sin fines, sin principios, sin valores claros, puede llegar a cualquier puerto, menos al que se ha propuesto.